"Difusión de la riqueza cultural de los Gobiernos Locales, una tarea de valor para las y los presidentes municipales humanistas. El caso de Teopantlán, Puebla."

Atanacio Pérez Cañete, Presidente Municipal de Teopantlán, Puebla.

"Difusión de la riqueza cultural de los Gobiernos Locales, una tarea de valor para las y los presidentes municipales humanistas. El caso de Teopantlán, Puebla."

Atanacio Pérez Cañete

Presidente Municipal de Teopantlán, Puebla.

Los diferentes grupos étnicos y la gran cantidad de culturas que encontramos en México (desde sus orígenes históricos) le han valido para establecerlo como una nación multicultural y pluriétnica. En el país contamos con más de 25 millones de personas que se reconocen como indígenas y de los cuales, 7.4 millones hablan alguna lengua originaria; las comisiones expertas en la materia identifican las regiones originarias gracias a 4 factores, que son: demográfico, cultural, económico y de continuidad geográfica, lo cual nos permite establecer y, sobre todo, preservar el legado de los pueblos prehispánicos.

La población indígena se ubica principalmente en el sureste y el centro del país, de tal manera que los estados de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán, Puebla, México, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Michoacán, Campeche y Quintana Roo concentran al grueso de la población indígena y sumando a la Ciudad de México, estas entidades en su conjunto abarcan un 86% de la población indígena del país.

La riqueza de nuestros pueblos y población originaria se basa principalmente en su aportación cultural, natural y territorial, en el caso mexicano, los estudiosos del tema señalan que el 70% de los pueblos y comunidades indígenas se encuentran ocupadas en actividades agrícolas, la producción en zonas indígenas posee un carácter diversificado, lo que constituye una importante estrategia económica para la obtención de los recursos que requieren para su subsistencia y, sobre todo, la conservación de su hábitat.

Los indígenas participan en la producción de algunos cultivos agro-comerciales, donde el trabajo femenino se ha incrementado de manera notable; en este sentido, la labor artesanal representa una producción especializada y, en muchos casos, se realiza con un manejo adecuado de los recursos naturales, la artesanía como producción rural, además de representar una fuente de ingresos, apoya en la generación de objetos utilitarios, rituales y suntuarios que forman parte del patrimonio cultural.

Vale la pena resaltar que gran parte de las áreas naturales protegidas se encuentran en municipios indígenas, muchas de las cuales son consideradas como sagradas y ceremoniales, con fuerte presencia de zonas arqueológicas que los pueblos indígenas reclaman legítimamente como suyas.  

Como podemos observar, la aportación de los pueblos indígenas a la nación es múltiple y tiene varias dimensiones; siendo elemento fundamental de la diversidad cultural, política y social de los mexicanos. Teniendo como referencia lo antes descrito, debemos reflexionar que no basta solo con la comprensión de nuestra diversidad, sino que debemos ocuparnos en las acciones necesarias para su promoción, difusión y aprovechamiento.

En esta parte surge la tarea de los gobiernos locales que contamos con la cualidad de tener entre su comunidad, con habitantes indígenas, pues nos convertimos en su primer respondiente gubernamental y el vínculo entre sus actividades, necesidades y su conexión con la dinámica social.

En el municipio de Teopantlán, (en náhuatl: Cerca del Templo del Sol) Puebla, más del 60% de la población son hablantes de la lengua náhuatl, situación que constituye para nosotros un importante tesoro local, mismo que hemos preservado e impulsado desde nuestra trinchera. Como población originaria, contamos con diferentes locaciones naturales, como nuestro manantial Atlmoloni (agua que brota), el cual fluye y crea el arroyo denominado Aaguiyaktsi (agüita larga) y que desemboca en el Río Colorado, al igual que la cascada Atlxoxok (agua verde), la cual es una atracción natural para propios y visitantes.

Contamos además con diversos cerros y miradores que componen parte de nuestra riqueza natural y nuestro atractivo turístico, pero sin duda alguna, las tradiciones y nuestras formas de vida tienen arraigadas las raíces de nuestro origen, por lo que es de suma importancia para nosotros encontrar los mecanismos que permitan que sigamos reproduciendo y dando a conocer nuestro patrimonio cultural, lo que nos ha permitido múltiples reconocimientos de todos los órdenes de gobierno.

En nuestro camino por hacer valer nuestra capital cultural, hemos sido reconocidos con premios que registran nuestra labor, tal es el caso del galardón que nos otorgó la Organización Mundial de los Pueblos Originarios, el cual destaca las acciones de asociaciones, servidores públicos y sociedad civil, que están encaminadas a defender los derechos inalienables de la población indígena, así como aquellas que buscan impulsar su desarrollo en el ámbito individual y comunitario.

Actualmente, las comunidades originarias continúan siendo las más vulnerables ante la situación de desigualdad que priva en México, pues de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 69.5% de la población indígena, (8.4 millones de personas) experimentan alguna situación de pobreza, y/o no poseen los elementos necesarios para acceder a una vida digna en las diferentes esferas en que se desenvuelven; como parte de nuestro trabajo en la comunidad y al igual que en los demás gobiernos locales, la prestación de servicios determina la calidad de vida que ofrecemos en nuestra comunidad y es parte de nuestra labor como servidores públicos velar por que todas y todos sean atendidos y escuchados; sin embargo, hace falta que desde la administración federal haya sensibilidad sobre nuestras idiosincrasias y a partir de ello, se generen planes de trabajo que nos impulsen a enaltecer nuestra riqueza cultural.

Nuestros objetivos y metas, al igual que los de otros municipios con población originaria es muy difícil de alcanzar, y a pesar de que en muchos ámbitos se reconozca nuestro esfuerzo, vamos a seguir demandando y exigiendo los recursos humanos y económicos, así como las facultades y potestades para robustecer y difundir nuestro patrimonio cultural y étnico, vamos a seguir trabajando para que nuestras comunidades originarias nunca más padezcan marginación, sino que se conviertan en un símbolo de orgullo y dignificación.

¡Municipios fuertes para un México Fuerte!

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